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IMPERDIBLES EN NUEVA ZELANDA

Nueva Zelanda, tierra de Maoríes y paisajes asombrosos, teje su historia entre volcanes activos, fiordos majestuosos y cultura vibrante. Desde las aguas azules de la bahía de Plenty hasta la elegancia de Christchurch, el país invita a descubrir una síntesis única de naturaleza y cultura. Las montañas de los Alpes del Sur y los campos de Hobbiton revelan la asombrosa diversidad. Nueva Zelanda, con su Kiwi amigable y la danza haka, ofrece una experiencia auténtica. Hoy, el país destaca por su compromiso con la sostenibilidad y aventuras al aire libre. Con la hospitalidad kiwi y una fusión inigualable de lo antiguo y lo moderno, Nueva Zelanda se presenta como un paraíso para los amantes de la naturaleza y la cultura única del Pacífico Sur.

1. Lago Tekapo

Lago Tekapo, en Nueva Zelanda, emerge como un rincón celestial en medio de los Alpes del Sur. Históricamente, la región fue hogar de la tribu Ngāi Tahu, quienes valoraban la pureza del lago. En el siglo XIX, colonos europeos llegaron, y hoy, Tekapo es un refugio de serenidad y belleza natural.

El lago, con sus aguas turquesas alimentadas por deshielos, refleja la grandeza de los picos nevados que lo rodean. La Iglesia del Buen Pastor, construida en 1935, es un hito icónico que se integra perfectamente con el paisaje. El Observatorio de Mount John, en las cercanías, ofrece vistas estelares impresionantes gracias al cielo nocturno despejado.

Tekapo atrae a los amantes de la naturaleza y la astronomía. En primavera, los campos cercanos se visten de lirios azules, creando un espectáculo floral. Las aguas termales de Tekapo Springs brindan relajación con vistas panorámicas.

La ciudad, con su ambiente tranquilo, invita a los visitantes a explorar la naturaleza virgen, participar en actividades acuáticas y disfrutar de la paz contemplativa que define a Lago Tekapo. Un destino que fusiona la historia maorí, la herencia europea y la majestuosidad natural.

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2. Cruce Tongariro

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El Cruce Tongariro, en el corazón de Nueva Zelanda, es una maravilla geotermal que fusiona la historia maorí con la belleza natural. La región, sagrada para la tribu local Ngāti Hikairo, alberga la Montaña Tongariro, declarada Patrimonio de la Humanidad. En la década de 1830, la tribu Ngāti Tuwharetoa otorgó derechos de paso a los colonos, y hoy, el cruce es un destino emblemático para amantes del trekking y la aventura.

El sendero serpentea a través de la Montaña Tongariro, pasando por los vibrantes Lagunas Esmeralda y la famosa Montaña Ngauruhoe, conocida como el Monte del Destino en “El Señor de los Anillos”. La fumarola activa del Red Crater añade un toque de misticismo. El Cruce Tongariro es una experiencia inolvidable, fusionando la geología única con la historia maorí y el paisaje espectacular.

La ciudad cercana de Taupo sirve como puerta de entrada a esta maravilla natural. La región ofrece actividades como paracaidismo, paseos en bote por el lago Taupo y relajación en aguas termales. El Cruce Tongariro, con su belleza imponente y su conexión con la cultura maorí, es una invitación a explorar la grandeza de la Tierra Media de Nueva Zelanda.

3. Cathedral Cove

Cathedral Cove, en la costa este de la península de Coromandel en Nueva Zelanda, es un paraíso costero que fusiona historia y belleza natural. El nombre proviene de una formación rocosa en la playa que se asemeja a una catedral. Históricamente, la región fue habitada por la tribu Ngāti Hei, y sus leyendas maoríes dotan a este lugar de un aura mística.

La playa se encuentra dentro del Parque Marino Te Whanganui-A-Hei y es accesible a través de un pintoresco sendero. La impresionante formación arqueada de la catedral, junto con acantilados de piedra caliza y aguas cristalinas, crea un paisaje idílico. Los arcos naturales y grutas, esculpidos por el tiempo, invitan a explorar y maravillarse.

La ciudad cercana de Whitianga sirve como puerta de entrada a esta maravilla natural. La región ofrece actividades como kayak, snorkel y senderismo costero. La Catedral Cove es un refugio sereno que atrae a amantes de la playa y aventureros por igual, ofreciendo una conexión única con la historia maorí y la espectacularidad costera de Nueva Zelanda.

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4. Wai-O-Tapu

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Wai-O-Tapu, en la región de Rotorua, Nueva Zelanda, es un tesoro geotermal que lleva consigo la historia maorí y la maravilla natural. Conocido como “El Área Sagrada”, su origen se entrelaza con la tradición de la tribu Ngāti Whaoa. Las aguas termales y las coloridas piscinas de lodo hirviente reflejan la riqueza geotérmica de la región.

Este parque geotermal es hogar de la Champagne Pool, un fenómeno de agua caliente efervescente, y el Devil’s Bath, una laguna de tonalidades intensas. El famoso géiser Lady Knox, que alcanza alturas impresionantes, es una manifestación de la energía natural subterránea.

La ciudad de Rotorua, cercana a Wai-O-Tapu, es la puerta de entrada a esta maravilla geotermal. Además de las experiencias geotérmicas, la región ofrece la oportunidad de sumergirse en la cultura maorí, con espectáculos y aldeas tradicionales. Rotorua también es un centro de actividades al aire libre, desde senderismo hasta paseos en bote en el lago Rotorua.

Wai-O-Tapu, con su mezcla única de energía natural, historia maorí y paisajes asombrosos, es un destino que invita a los viajeros a explorar la fascinante conexión entre la tierra y la cultura de Nueva Zelanda.

Última actualización, diciembre 2023

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